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Historias para reflexionar y ver el gozo interno, mas
allá de lo material. |
Los hermanos cuando se aman.
Hubo dos hermanos que se querían
mucho. Uno, soltero, tenia 60 años y el otro, casado y con
hijos, 45.
Un mal día discutieron por las
utilidades de la producción de arroz que daban sus tierras
terminando por separar y dividirse el terreno, cortando toda
comunicación.
Luego de varias semanas el hermano
menor, pensó que su hermano ya estaba viejo y que podía no irle
bien, por lo que una vez por semana, por las noches, le llevaba
un saco de arroz y lo ponía en el almacén de su hermano mayor.
Por su parte, el hermano mayor,
pensaba que su hermano con su carga familiar, podía estar
pasando apremios, por lo que también una vez por semana, por las
mañanas le colocaba un saco de arroz en su almacén.
Todas las semanas, ambos hermanos
hacían lo mismo.
Hasta que un buen día, el hermano
menor se olvidó de dejarle el arroz por la noche y lo hizo de
madrugada, que coincidentemente era el mismo día que su hermano
había escogido y se encontraron en el camino.
No tuvieron mas remedio que
saludarse y se preguntaron el uno al otro porque llevaban un
saco de arroz. Cuando ambos se contaron sus preocupaciones, se
llenaron de alegría y gran gozo. Comenzaron a acordarse de los
buenos tiempos, pasaron horas conversando hasta que decidieron
trabajar nuevamente juntos y unir sus vidas para siempre.
Nunca los hermanos dejaran de ser
hermanos, tenemos que amarnos por siempre.
Vaciar la taza
En Japón hubo un gran Maestro Zen al
cual era muy difícil acceder a ser su discípulo.
Pedía muchas pruebas y solo
seleccionaba aquellos que tuvieran las condiciones, aunque
también tenía discípulos que en apariencia no lo merecían, pero
luego de varios años llegaron a ser grandes Maestros igualmente.
Tenía un un tino especial para seleccionarlos.
Un día llegó un candidato y para
demostrar que era digno de ser discípulo comenzó a hablar y
hablar, mencionaba los lugares que había visitado, las practicas
realizadas y el conocimiento del yoga, meditación, y tantas
cosas sin detenerse un segundo.
El Maestro comenzó a llenarle su
taza de te hasta que comenzó a derramarse. El candidato le dijo:
Maestro, el te se está derramando. El Maestro no se detuvo y
siguió derramando el te.
Entonces, tuvo que sacar su taza
apartándose, mostrando su asombro por la torpeza del Maestro.
El Maestro le dijo: si Usted no
vacía su taza primero, la enseñanza se derramará, y por mas que
le enseñe, Usted también se apartará.
Vuelva cuando haya vaciado su taza.
En la mística, uno se entrega al
Maestro, es un des aprendizaje para ingresar a la Sabiduría.
La belleza interna es lo mas
valioso, pero no siempre lo sabemos apreciar.
Se cuenta de una hermosa princesa
hindú que era una mística, su vida era la meditación. Pero,
todos andaban tras su belleza física. Ella deseaba a un hombre
que también amara su belleza interior.
Un día se presentó ante su padre, el
rey, uno de los principales personajes de un reino vecino y de
gran influencia en la zona, así como de gran poder económico y
pidió conocer a la princesa, cuya fama se había extendido a
grandes distancias.
El galán era también apuesto e
impactó en la princesa, pero ella le mencionó que solo aceptaría
a una persona que tenga cualidades espirituales ya que la
belleza era algo pasajero.
Este le menciono que mas le
interesaba su belleza interna, y que deseaba desposarla.
Entonces, la princesa le pidió que la viera en 15 días más para
darle la respuesta.
Durante los 15 días, la princesa se
sometió a una dieta rigurosa, acompañada de purgantes que la
obligaban a evacuar los intestinos mas de lo normal. Entonces,
comenzó a adelgazar extremadamente, los ojos se le hundieron,
los huesos se unieron a la piel. Asimismo, guardaba las
evacuaciones en un cofre de oro.
Entonces, el pretendiente llegó a la
cita y ella lo esperaba. Al verla, pidió que le avisara a la
princesa de su llegaba. La princesa le trataba de convencer que
era ella misma y no lo conseguía. Hasta que pudo convencerlo.
Pero, este le dijo que aun le
parecía hermosa, claro, sin convencerse del todo.
La princesa le dijo que la belleza
era transitoria y que la materia al transformarse podía
convertirse en algo horrible, la esencia de la belleza radicaba
mucho mas allá de toda transformación. El le dijo que no le
importaba, que aun así la amaba.
Ahora, agregó la princesa, te voy a
mostrar mi opuesto, por fuera un hermoso cofre de oro, pero
dentro la belleza perdida.
En este momento, le invitó para que
vea en donde estaba su belleza enseñándole el cofre lleno de
excrementos. El apuesto caballero salió corriendo del escenario.
Aun ahora la princesa sigue
esperando a quien se atreva ver su belleza interior. ¿Tu te
atreves?
Toda la materia se descompone, aun
la mas bella y fraganciosa.
La Mística y la dictadura.
Era un país en el cual imperaba la
dictadura. El pueblo se sublevaba pero la represión era muy
fuerte.
Todo aquel que se oponía era
encarcelado o asesinado con las pocas pruebas que podían
encontrar, generalmente panfletos o folletos escribiendo las
protestas.
Inclusive algunos monjes de los
templos habían sido encarcelados por repartir escritos
contrarios al régimen.
Hasta que el Avatar del Templo
Mayor, cansado de tanto abuso, comenzó también a repartir
papeles públicamente. Tranquilamente, delante inclusive de la
policía. Cuando hubo repartido apenas una docena, fue arrestado.
Al día siguiente el Avatar
nuevamente estaba libre y repartiendo papeles. Entonces,
comenzaron a leer sus papeles y estaban en blanco. Sin embargo,
todos sabían lo que decían.
Así todo el pueblo comenzó a
repartir papeles en blanco y el régimen pronto acabó.
La malo cae por sabe que es malo, no
hacen falta las palabras ni la violencia para que el mal acabe.
Dos Millones de dólares no
alcanzan.
Hubo una vez un millonario que tenía
un hermano holgazán. Siempre lo colocaba en puestos importantes
en sus empresas, pero lamentablemente, no trabajaba o le echaba
la culpa de los problemas a los demás.
Hastiado de tantos problemas decidió
mantenerlo sin trabajar.
El millonario, un día le preguntó a
su hermano que si tuviese medio millón de dólares que haría. El
hermano se emocionó, diciéndole, ¡Piensas obsequiarme medio
millón!, ¡Alabado sea el Señor!, bueno lo invertiría y ya no me
tendrás que mantenerme.
El millonario prosiguió ¿y con un
millón?, ¡Un Millón!, bueno, hasta te haría un altar. Con toda
seguridad yo saldría adelante, una cosa es trabajar, pero ya
sería empresario. ¿Estas hablando en serio!?.
Tan sólo estoy preguntando dijo el
millonario. Es parte de un proyecto que tengo para el futuro.
Pocos meses después, el millonario
falleció de una grave enfermedad.
Luego, el notario los llamó para
leer el testamento.
Al asilo de ancianos le dejó 4
millones de dólares, a las victimas de la drogadicción y
alcoholismo 1 millón, a varios hospitales medio millón a cada
uno, a la construcción de albergues para niños abandonados 2
millones.
A su hermano dos millones de
dólares.
Entonces, el hermano exclamó
¡desgraciado!, voy a impugnar el testamento. ¿Cómo me dejas tan
poco y le das dinero a desconocidos?. ¡No es justo!, yo merezco
mucho mas.
Pasó meses y meses en juicios y
reclamos, se dedicó al alcoholismo, perdió todo su dinero y al
final fue recogido por una de la instituciones que el millonario
fundó.
En sus momentos de cordura parecía
llamar a su hermano.
Muchas veces uno es infeliz por lo
que tiene que por lo que se posee.
Dar siempre en el blanco
Era un místico que le gustaba hablar
de Dios y oponerse a las religiones. Parecía una incongruencia.
Era famoso también porque tenía una
gran puntería con diversas armas. Siempre daba en el blanco,
pero prefería practicar por las noches para hacerlo mas difícil
sin luz.
Llegó de visita a su ashram un
erudito para aprender de su sabiduría. Le preguntó cómo puede
ser posible que las religiones sean sin Dios. El místico le
mencionó que nadie tenía el derecho de encerrar a Dios en ningún
templo y si alguna religión lo hacía estas religiones estaban
necesariamente sin Dios, ya que El no puede ser encarcelado.
Dios está en todo lugar y si alguna religión pretendía ser su
dueño, necesariamente se le alejaba.
El erudito le preguntó sobre su
magnífica puntería y que en todo el pueblo estaban las señales
de las huellas de su puntería, con agujeros en el centro mismo
de los blancos, ya sea con balas, lanzas, flechas, en los muros,
árboles, letreros y que todos los tiros habían sido de noche.
El místico le dijo, es igual que las
religiones que pretenden dar en el blanco. Yo acostumbro a
ahuyentar a los ladrones disparándoles con lo que tenga y mis
disparos a menudo caen en los muros o árboles, tengo un ayudante
que va buscando los agujeros y pinta los blancos en el justo
centro. Así hacen las religiones, disparan, nunca dan en el
blanco y pretenden demostrar algo que no hacen. Yo lo hago para
ahuyentar a los delincuentes.
El erudito dejo su religión.
Muchas religiones tienen buenos
fines, pero no necesariamente están con Dios.
Quiero ver a tu Dios.
Un filósofo le inquirió a un Sabio
Maestro a ver a Dios. Dios no existe realmente, le reafirmó, es
un ideación, muéstramelo.
El Maestro le preguntó: ¿Pero podrás
soportar su mirada?.
El filósofo sonriendo le asintió con
la cabeza.
El Maestro le dijo primero mira
directamente el Sol por 5 minutos. El filósofo dijo que le
dañaría los ojos.
Entonces, ¿Cómo podrás ver a Dios si
ni siquiera puedes ver a una de sus pequeñas creaciones?.
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